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No pude evitar pensar en el protagonista... ese chico es manipulado para cumplir una mision, es un instrumento de esa organizacion que manipula su vida, sus amistades, su educacion, su salud.
Raro no? pobre marcianito pense....
Una vez no hace tanto, alguien dijo y me inspiró: "Todos los niños son marcianos. Viajan de un planeta desconocido a éste que es totalmente nuevo para ellos". Nunca lo pensé de ese modo y al escucharlo no pude evitar pensar en mis nenes de la residencia; en su crecimiento, en cómo les costó todo desde sus capacidades diferentes.... y cuando digo todo, no hablo solo de aprender las tablas o la fotosintesis, digo, lo básico, sentarse, gatear, caminar, hablar, comer solos. Nunca había valorado objetivamente todo ese aprendizaje.
Luego pensé en mi niñez y a partir de ahora vuelvo a ese momento y mi niña pasa a expresarse en primera persona. Me doy cuenta de que los chicos nos adaptamos a cualquier situación que los adultos nos impongan. Las consecuencias las notamos más tarde, con los años, con la llegada de cierta madurez que nunca tiene edad. Conozco gente de 50 que parece no haberse dado cuenta de nada.Hasta los 6 0 7 años todo me parecía incuestionable, todo era nuevo para mí y lo único que yo quería era encajar en este planeta. Así que lo que mis padres me mostraban era lo cierto, lo que tenía que aprender, lo normal. Hubo dos pilares iniciales que me ayudaron a entender de un modo individual la vida; la escuela y las historias.
El colegio era para mí un refugio incomparable. Ese lugar me parecía tan correcto. Allí podía aprehender todo sobre este nuevo planeta. No sólo por la institución, sino más aún por las historias de mis pares, sus vidas, sus familias. Todos éramos nuevos en este universo y juntos notamos que no todo lo que nos exigían u obligaban a vivir en nuestras casas era lo “normal”. La escuela y sobre todo mis amigos, mis coterráneos me ayudaron a entender qué era lo que estaba mal en mi pequeña existencia.
Para evadirme de todo aquello que no podía cambiar (no mientras fuera tan pero tan novata en la Tierra) creé un mundo paralelo en el que sobraban fantasías, cuentos, historias maravillosas, amores y éxitos de película mezclados con una pizca de sapiencia (resabio de mi planeta anterior seguramente). Me adapté a la soledad que me ofrecían generando un universo cargado de gente, sueños, proyectos reales y ficticios. Durante años, mi vida se desarrolló en un diálogo constante con muchísimas personas inexistentes, para los otros claro
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Y aparece nuevamente mi dualidad. Lo violento y lo dulce. La madurez temprana y mi mundo de ensueños. La soledad y el valor inmenso a los que decidían llegar a mi vida. La cruda realidad y esos minutos tan pero tan felices de una niñez imperfecta. También entiendo que llegar a un nuevo planeta no es sencillo para nadie y que para los padres (ya se que aun no soy mama) nunca es fácil recibir criaturitas de otros mundos y cargar con la responsabilidad de transformalas en buenas personas, inteligentes, exitosas, felices y socialmente aceptadas (porque esos son los 2 o3 preceptos que andan pululando continuamente en nuestros inconcientes). El legado por más buenas intenciones que existan, tiene que ser complicado.
Y aparece nuevamente mi dualidad. Lo violento y lo dulce. La madurez temprana y mi mundo de ensueños. La soledad y el valor inmenso a los que decidían llegar a mi vida. La cruda realidad y esos minutos tan pero tan felices de una niñez imperfecta. También entiendo que llegar a un nuevo planeta no es sencillo para nadie y que para los padres (ya se que aun no soy mama) nunca es fácil recibir criaturitas de otros mundos y cargar con la responsabilidad de transformalas en buenas personas, inteligentes, exitosas, felices y socialmente aceptadas (porque esos son los 2 o3 preceptos que andan pululando continuamente en nuestros inconcientes). El legado por más buenas intenciones que existan, tiene que ser complicado.
De aquellos tiempos sobreviven mis fantasías que obviamente muchas veces me confunden, se disfrazan de necesidades y exigencias. Todavía creo en hadas, en los romances para toda la vida, en los cambios milagrosos sobre situaciones complejas y cotidianas. Aún me emociono demasiado y me sorprendo varias veces al día. Luego despierto, recuerdo que desaprobé algunas materias para ser un ciudadano normal de la Tierra y me obligo aunque sea por un ratito a ser realista. Me dura poco para ser sincera. Creo que nunca voy a poder deshacerme de mi parte infantil, de mi niña interior. Por ende no sé si lograré alguna vez encajar completamente en este planeta porque definitivamente todos los niños somos marcianos.
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Yo tambien creo en el amor para toda la vida como vos....
ResponderEliminarQue linda que sos Juli