lunes, 29 de junio de 2009

tiempos

mucha gente me pregunta como hago para que me alcanze el tiempo
la verdad nose...

pero siempre priorizo lo que me importa.
no me alcanzan las horas del dia para estar con mi hermana, me gustaria compartir mas tiempo con ella, y a pesar de que pasamos casi todo el dia juntas, me da miedo saber que algo puede llegar a pasarle cuando no estoy.
extraño mucho a mama... la extraño tanto que siempre que pienso en ella me arde la nariz y se me llenan los ojos de lagrimas.
extraño a franco, con el siempre hablaba de todo y de todos, y hoy no tengo casi tiempo de estar con el.

siento que malgasto mi tiempo tratando de estar con personas que no se hacen tiempo para estar conmigo.
AL FINAL, NO APRENDO MAS.
esta vez es en serio. tengo que ser fuerte como aquella vez que me dijieron que mama iba a cambiar para siempre y me tuve que hacer a la idea de que mi vida cambiaria. esta vez tambien tengo que ser fuerte, y cerrar esta historia que nunca tuvo principio, pero si va a tener final.

jueves, 18 de junio de 2009

estoy muy gorda?

las mujeres gordas, a pesar de nuestro tamaño, no somos miradas como mujeres atractivas, por el contrario, para muchos parece que desaparece nuestro género, nuestro sexo, nuestra sensualidad porque sólo son capaces de observar un bulto grande de carne que se mueve, dura descripción, que sólo quienes somos gordas entendemos bien de lo que hablamos.



Cuántas veces, las gordas queremos acercarnos a un hombre enamorarlo y terminamos siendo su amiga, porque sus ojos masculinos sobre nosotras, como mujeres, no existía, no cabía la posibilidad de ser miradas de otro modo más que como la “gordita” buena y amistosa, incondicional en toda situación que hasta era capaz de conectarlo con una amiga, obviamente flaca.

Todas queremos ser miradas y tal vez a través de estas palabras lo que intentamos es cambiar un poco el punto de vista desde el cual muchos se paran y es que traten de descubrir la belleza que todos, sin distinción, tenemos, esa interior y exterior, con kilos excesivos, pero también con una pasión y amor que desean ser dados a otra persona que realmente no sea ciega




el no al compromiso duele mas...
cuando sabemos cual es el porque de las respuestas...


๋• Jü£îëtå ●๋• dice:
esoty muy gorda marqui
UNBEKANTT...en cama SOLO...TRASTORNADAS ABSTENERSE dice:
se

yo la mas gorda de todas

Ante el más mínimo comentario nos sentimos aludidos, como si todos fuéramos parte de un pensamiento encadenado, creemos que todo lo dicho se ajusta con exactitud a todas las realidades…
La verdad es que si bien a veces uno se para desde la generalización, no pretende ser fundamentalista en sus comentarios haciendo la relación exacta de que todo es directamente proporcional…
La realidad es que uno escribe a partir de sus experiencias, desde ese lugar donde nos paramos frente a lo que nos sucede y en esta lectura que hacemos de los hechos y que comparamos con los que tenemos al lado, desde allí escribimos o alzamos nuestra voz…




Pretender que lo que uno dice sea la verdad absoluta hablaría de soberbia, una muy “gorda” y este medio pretende encontrar puntos de semejanza y diferencia entre lo que a unos y a otros les sucede…
Nadie dice que la mirada desde la ventana donde decido ver la vida y sus experiencias sea la adecuada y es maravilloso el encuentro con el otro a través de sus enseñanzas para descubrir las equivocaciones, para cotejar las diferencias y para aprender…
Lo preocupante es que la violencia que usamos en el deseo de marcar nuestro punto de vista es tan intransigente y absoluta que perdemos de vista el respeto al pensamiento del otro…
Gordos y no tantos, flacos y no tantos, convivimos a diario con este fenómeno tan agudo de no ser respetados por lo que somos, por lo que decidimos ser, por nuestras elecciones cotidianas respecto a nuestro cuerpo, nuestra forma de caminar, comer o cuidarnos…
La intolerancia al respeto de la libertad del otro, en todas sus facetas y aspectos, es un mal que nos ataca, mucho más grave que la obesidad o la anorexia, porque nos herrumbra el alma y nos inhibe el acto maravilloso de pensar y construir con el otro…

gorrrrrrda


No hay peor cosa que a una linda gorda la llamen como tal “gorda” o todos sus lindos diminutivos tales como “gordita”, “gordi”, “cerdita”, “vaquita”.

Nunca un “yegua” o “potra” que estarían denotando una clase de mujer que parte la tierra y que precisamente en esta sociedad nunca está relacionado a una gordita.
Es una realidad que las gorditas tenemos mala prensa, porque como en todas partes hay mujeres lindas y feas, sin embargo ser gordis es sinónimo de ser poco agraciada, sino por qué la gente sólo admira a aquellas que bajaron kilos, nunca un “engordaste, te queda bárbara esa pancita”, por el contrario como la gente tiene en el fondo de sus almas a la maestra ciruela siempre da consejos de vida y a la pobre gorda le recomienda, “tenés que bajar esos kilitos, hacé dieta, no seas flojita”.
Encima que uno tiene que escuchar por boca de otros que es gorda, en el sentido más negativo que te lo pueden decir, además tiene que ser educada y no responder ni retrucar al que tiene en frente todos los aspectos negativos que él o ella no se ve, pero que sí critica y hace ver de los demás…



como si no me lacazara con el espejo... escucho por lo menos 100 veces al dia la palabra gorrrda.

y encima.. hacemos dieta!


¿Las caderas? ¿Los muslos? ¿El tamaño de nuestro trasero? Y tú, ¿alguna vez has estado a régimen? ¿Sólo una? ¿Cuánto hace que estás a dieta? ¿Una semana? ¿Un mes? ¿Más de cinco años? Si no estás a régimen en este momento, ¿cuándo vas a empezarlo? ¿El lunes? ¿Cuándo termines ese pastelito de crema?. Seamos realistas. La mayoría de las mujeres vivimos gran parte del tiempo preocupadas por el peso. Rara es la mujer que jamás se ha puesto a régimen o que no esté a punto de comenzar una dieta, y más rara aún la que puede afirmar con una sonrisa que su cuerpo le parece perfecto como está. Si te cuentas entre los millones de mujeres que suspiran por estar más delgadas y sueñan con lograr que la pizza no se les instale directamente en las nalgas. O con que alguien invente un pastel de chocolate de caro calorías que además sepa a chocolate, entonces éste es el libro que estabas esperando. Con su humor fresco e irónico, y su estilo ingenioso e inteligente, Serena Gray describe los secretos, artimañas, esperanzas, situaciones jocosas, éxitos efímeros y fracasos recurrentes que jalonan nuestra conflictiva relación con nuestro cuerpo. Porque, convengamos... La vida ya es un castigo... ¡Y encima hacemos dieta!