martes, 28 de julio de 2009

sentirse traicionada


Sufrir por una infidelidad es un acto de vanidad. No es el dolor de la traición ni el desengaño de la mentira. Esas lágrimas de asfixia, esos pimpollos de histeria, esos escándalos irreprochables no son producto de un secreto o de una infamia. Lo verdaderamente doloroso de la infidelidad no es el doblez ni la confianza extinguida: lo que nos duele es perder.
Ser fiel es estar comprometido con una misma elección, aún si existieran mejores opciones. Ser infiel, entonces, no es faltar a la verdad ni mentir, sino saltear el compromiso; es hacer una elección distinta, aunque sea por una sola noche.
Si bien nos duele que él ignore la palabra empeñada, lo devastador de la infidelidad es que él haya preferido a otra. Lloramos de de desilusión y de celos, sí; pero también de pena e indignación, porque ese día, por unas horas, fuimos la relegada, la perdedora, la que no sabe, la que no importa. Porque entre lastimarnos y no tenerla, prefirió tenerla, y porque, aún sabiendo que podía perdernos, eligió correr ese riesgo por estar con ella. Ella fue la deseada, la predilecta, la inevitable. Ella fue la mejor.
Sufrir por una infidelidad, es, desde mi razón, un acto de vanidad; aunque en mi corazón sea el legítimo sentimiento de estafa por excelencia. Me basta con mirar alrededor: cada vez que nos vestimos con una prenda que los hombres no pueden comprender ni apreciar ¿Para quién nos estamos poniendo lindas? Si sabemos que ningún hombre preferiría un pantalón enorme a uno pequeño, por qué estamos pendientes de la moda? Y si nos vestimos para nosotras mismas ¿Por qué no usamos esa ropa solas, dentro de casa?
En todos los grupos de mujeres hay un puñado de traiciones apretujadas en el pasado. Todas tenemos una amiga que le dijo que sí a ese chico que nos encantaba, que se acostó con nuestro ex novio o que intentó seducir a la pareja de otra. Nos reiteramos en la misma anécdota de mal gusto una y otra vez: a diferencia de los hombres, nos vivimos robando el novio, seduciendo al hombre equivocado y pidiendo perdón al otro día.
Cuando vamos a un casamiento y somos la única soltera de la mesa, los hombres no se enteran. Son las mujeres quienes nos miran como desabridas perdedoras incapaces de enamorar a nadie y nos hacen esas preguntas incómodas que nos hacen sentir más solas que nunca. No la pasamos mal por no haber encontrado al amor de nuestras vidas, sino porque ellas aprovechan cada ocasión para sugerir que son mejores por haberlo logrado antes.
Cada vez que nos interesa saber cómo era su ex novia, cada vez que nos recocijamos porque la nueva mujer es más fea, cada vez que hacemos la mejor torta de cumpleaños, cada vez que una amiga nos aconseja que lo dejemos, cada vez que comentamos que otra está más gorda o más vieja, y cada vez que una amiga se le insinúa a un hombre que nos encanta, probamos que en el universo femenino hay muchos menos conflictos entre el hombre y la mujer, que entre nosotras mismas.

lunes, 27 de julio de 2009

hombre encerrado

por Carolina Aguirre



No sé si los hombres cambian. Sé que nosotras sí. Cada vez que una mujer se enamora o conoce a alguien especial, hay pequeños detalles que la ponen en evidencia: la forma de acomodarse el pelo, el suave sonido de su risa o cuánto tararea una canción. Yo pienso que son diez, pero debe haber un millón. Un millón de pistas para saber cuándo hay hombre encerrado y cuándo no:


1. Desaparece los fines de semana. Deja de llamar los domingos a la tarde.

2. Sorprende con planteos extraños sobre su personalidad: “¿A vos te parece que yo no se escuchar?” “¿Yo estoy a la defensiva con los hombres?”

3. Se maquilla y deja las zapatillas. Quizás se cambia el corte de pelo por uno más moderno.

4. Si tiene un blog, deja de postear. (Vuelve cuando corta, y escribe interminables avalanchas de preguntas retóricas y reflexiones negras)

5. Pregunta reiterativamente que novedades tenés, si pasó algo, cómo marchan tus cosas.

6. Hace comentarios misteriosos acerca del futuro: “Nunca sabe que puede pasar”, “No se que será de mí el año que viene”.

7. Habla de lugares nuevos, a los que es poco probable que haya ido sola: restaurantes en el río, cenas arriba de un barco, ferias de diseño.

8. Abandona una vieja costumbre: deja el café, el cigarrillo, cambia de compañía telefónica.

9. Revela mitologías demasiado precisas: “Ni loca me compro un televisor de plasma. Duran 2 años máximo ¿No sabías? El 85% de los televisores de plasma tienen una vida útil de 3 años y medio. Salvo "Mitsukusisisi", la segunda marca de "Sansei". Esos duran diez, porque la pantalla tiene litio afgano”

10. Canta mientas trabaja.

mosquitas muerrrrrtas


Yo puedo distinguir el aleteo de una mosquita muerta incluso en la noche más sonora. Puedo ver la empresa detrás la amiga contínua; puedo adivinar las intenciones de un mail casual, puedo ver a la zorra entrando al gallinero. Son tan evidentes sus torpes artimañas. No hay misterio para mí; son todas igualmente obvias.
Las mujeres conocemos el oficio de ser mujer. Antes de que una mosquita empiece a hablar ya sabemos qué está buscando. No importa cuanto quieran disuadirnos: que tiene novio, que es mi amiga, que vive lejos, que es lesbiana. Nosotras lo sabemos. No son celos, brujería ni paranoia. Podemos ver sus asaltos evidentes detrás de sus protocolos delicados, la sensualidad de sus preguntas idiotas, las astillas de su mirada inocente y la premeditación de sus encuentros callejeros. Cada género conoce, a su manera, los vicios de su propio género. Una puede engañar a un hombre con lágrimas y rubor, pero tendrá que trabajar muy duro para engañar a otra mujer.
El caso inverso es igualmente predecible: un compañero de facultad –por ejemplo- se hace muy amigo de una chica. La pasa a buscar, le presta los apuntes y le regala libros de poemas. Su novio, precavido, mira los avances del muchacho (que se acerca como una ola que moja la orilla) y le dice a la chica: “María, ese tipo te quiere coger”. La novia, indignada, se ofende hasta el portazo, pero un par de meses después, confirma las sospechas entre fotocopias y resaltadores.


yo no soy ninguna tarada...
solo que a veces me hago para no levantar sospechas.

viernes, 17 de julio de 2009

hot n cold

You change your mind
Like a girl changes clothes
Yeah you, PMS
Like a bitch
I would know

And you over think
Always speak
Crypticly
I should know
That you're no good for me

Cause you're hot then you're cold
You're yes then you're no
You're in then you're out
You're up then you're down
You're wrong when it's right
It's black and it's white
We fight, we break up
We kiss, we make up(you)

You don't really want to stay, no(but you)
But you don't really want to go-o
You're hot then you're cold
You're yes then you're no
You're in and you're out
You're up and you're down
We used to be
Just like twins
So in sync
The same energy
Now's a dead battery
Used to laugh bout nothing

Now your plain boring
I should know that
You're not gonna change

Someone call the doctor
Got a case of a love bi-polar
Stuck on a roller coaster
Can't get off this ride
You change your mind
Like a girl changes clothes

25 mentiras de las mujeres

1.El lunes empiezo.
2.Nos vamos a dar una última oportunidad.
3.No se bancó una mina bien plantada como yo.
4.Quizás perdió mi teléfono.
5.No se separa por los nenes, pero hace mucho que están mal y duermen en camas separadas.
6.Le gusto pero no sabe como acercarse.
7.No lo pienso llamar.
8.Es caro, pero lo voy a usar con todo.
9.Si mi novio me hiciera algo así, lo pondría de patitas en la calle.
10.Yo puedo perdonar cualquier cosa, menos la mentira.
11.Es sólo una amiga.
12.No es la plata, lo que me molesta es la actitud.
13.Me quiere a su manera.
14.Nunca voy a ser de esas madres primerizas que sólo hablan de caca y pañales.
15.No me voy a acostar con él, sólo quiero saber cómo está.
16.Solo voy a comer un poquito, para probar.
17.Jamás perdonaría una infidelidad.
18.Es sólo un amigo.
19.Yo no voy a levantar eso, lo voy a dejar así hasta que vos lo levantes.
20.Estaba borracha.
21.Estaba en oferta, me costó diez pesos.
22.Estoy confundida.
23.No sos vos, soy yo.
24.No les voy a dar el gusto de verme llorar.
25.Si cruzás esa puerta no me ves nunca más.



Escrito por Carolina Aguirre

miércoles, 15 de julio de 2009

el dulce sabor de una mujer exquisita

EL DULCE SABOR DE UNA MUJER EXQUISITA


Una mujer exquisita no es aquella que más hombres tiene a sus pies,
si no aquella que tiene
uno solo que la hace realmente feliz.
Una mujer hermosa no es la más joven,
ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo,
es aquella que con tan sólo una franca y abierta sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer
valiosa no es aquella que tiene más títulos,
ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño temporalmente por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita
no es la más ardiente
(aunque si me preguntan a mí, todas las mujeres son muy ardientes…Los que estamos fuera de foco somos los hombres)
sino la que vibra al hacer el amor solamente con el hombre que ama.
Una mujer interesante no es aquella que se siente halagada al ser admirada por su belleza y elegancia,
es aquella mujer firme de carácter que puede decir NO.
Y un HOMBRE........UN HOMBRE EXQUISITO es aquel que valora a una mujer así...
.Que se siente orgulloso de tenerla como compañera….
Que sabe tocarla como un músico virtuosísimo toca su amado instrumento…
Que lucha a su lado compartiendo todos sus roles,
desde lavar platos y atender tripones
,
hasta devolverle los masajes y cuidados que ella le prodigó antes…
La verdad, compañeros hombres, es que las mujeres en eso de ser ‘Muy
machas’ nos llevan gran recorrido…
¡Qué tontos hemos sido -y somos- cuando valoramos el regalo solamente por la vistosidad de su empaque…
¡Tonto y mil veces tonto el ho
mbre que come mugre en la calle,
teniendo un exquisitito manjar en casa!


Gabriel García Márquez…

domingo, 5 de julio de 2009

CARTA DE AMOR

CARTA DE AMOR Ganadora del III Concurso Antonio Villalba de Cartas de Amor

Estimada Esposa:

Ayer recibí una misiva de tu abogado donde me invitaba a enumerar los bienes comunes, con el fin de comenzar el proceso de disolución de nuestro vínculo matrimonial. A continuación te remito dicha lista, para que puedas solicitar la certificación al Notario (...)(...) y tener listos todos los escritos antes de la comparecencia ante el tribunal.
Como verás, he dividido la lista en dos partes. Básicamente, un apartado con las cosas de nuestros cinco años de matrimonio con las que me gustaría quedarme y otra con las que te puedes quedar tú.
Para cualquier duda o comentario, ya sabes que puedes llamarme al teléfonode la oficina (de ocho a cuatro) o al móvil.

*COSAS QUE DESEO CONSERVAR:*

- La carne de gallina que salpicó mis antebrazos cuando te vi por primera vez en la oficina.
- El leve rastro de perfume que quedó flotando en el ascensor una mañana,cuando te bajaste en la segunda planta, y yo aún no me atrevía a dirigirtela palabra.
- El movimiento de cabeza con el que aceptaste mi invitación a cenar.
- La mancha de rimel que dejaste en mi almohada la noche que por fin dormimos juntos.
- La promesa de que yo sería el único que besaría la constelación de pecas de tu pecho.
- El mordisco que dejé en tu hombro y tuviste que disimular con maquillaje porque tu vestido de novia tenía un escote de palabra de honor.
- Las gotas de lluvia que se enredaron en tu pelo durante nuestra luna de miel en Londres.
- Todas las horas que pasamos mirándonos, besándonos, hablando y tocándonos.(También las horas que pasé simplemente soñando o pensando en ti).

*COSAS QUE PUEDES CONSERVAR TÚ:*

- Los silencios.
- Aquellos besos tibios y emponzoñados, cuyo ingrediente principal era la rutina.
- El sabor acre de los insultos y reproches.
- La sensación de angustia al estirar la mano por la noche para descubrir que tu lado de la cama estaba vacío.
- Las nauseas que trepaban por mi garganta cada vez que notaba un olor extraño en tu ropa.
- El cosquilleo de mi sangre pudriéndose cada vez que te encerrabas en el baño a hablar por teléfono con él.
- Las lágrimas que me tragué cuando descubrí aquel arañazo ajeno en tu ingle.
- Jorge y Cecilia... Los nombres que nos gustaban para los hijos que nunca llegamos a tener.

Con respecto al resto de objetos que hemos adquirido y compartido durante nuestro matrimonio (el coche, la casa, etc) solo comunicarte que puedes quedártelos todos. Al fin y al cabo sólo son eso:...objetos.
Por último, recordarte el n º de teléfono de mi abogado (.......) para que tu letrado pueda contactar con él y ambos se ocupen de presentar el escrito de divorcio para ratificar nuestro convencimiento.

Afectuosamente, R....

soledad dolores






hace tanto que me siento como ella...

una pelotuda total.