martes, 3 de marzo de 2009

lo que es verdaderamente importante a veces esta oculto


Hoy no voy a dar ningún tipo de preámbulo sino que voy a ir directo al grano… mejor dicho al colectivo!
El día de ayer me enfrenté a una situación que para mi resultó en principio desubicada pero luego comencé a reflexionar un poco sobre la misma y los pensamientos más disparatados empezaron a fluir por mi mente. Al subir al colectivo me encontré, como ocurre generalmente, con una cantidad considerable de gente con lo cual me supuse que no iba a ser un viaje muy confortable… para mi sorpresa, al intentar llegar hacia alguna parte del colectivo menos concurrida observé repentinamente que en el asiento de dos personas se encontraba una mujer muy tranquila sentada junto a… un familiar? No! Una amistad? No! Un extraño, tal vez? No!!! Sino junto a una simple, pequeña y blanca bolsa de plástico!!!
Frente a esta situación mi pensamiento más sincero y espontáneo fue: “esta mujer es una desubicada! Es que no se esta dando cuenta que en el colectivo hay demasiada gente como para que ella quiera sentar a su lado a esa pequeña e insignificante bolsa!!!”
No quiero centrarme en la situación en sí misma, ya que de por sí el dilema se resolvió muy fácilmente cuando una mujer de edad mayor se le aproximo y le dijo: “¿Sería posible que corriera su bolsa para poder sentarme?” frente a lo cual la mujer corrió su bolsa y reaccionó muy sorprendida como si realmente no hubiera dado cuenta de la situación hasta que otro le advirtió sobre ello.
Luego comencé a observar detenidamente aunque no en forma evidente, a esta extraña mujer… su rostro perdido entre una multitud de gente, un gesto de tristeza, quizás me hicieron reflexionar acerca de la importancia que tal vez ella le daba a su bolsa y tal vez nadie pudiera notarlo. Quizás ella misma en el fondo se encontraba bajo un estado de profunda soledad y era su bolsa quien podía reparar aunque más no sea físicamente esa soledad, quizás el contenido de esa bolsa resultaba realmente muy significativo para esa mujer… o simplemente y por qué no… colocando la bolsa en el asiento ella misma intentaba comunicarnos que no quería que nadie se sentara a su lado, que nadie estuviera cerca.
Ante esto, la relación mujer-bolsa había quedado supeditada, sepultada en mi cabeza y había sido reemplazada sutilmente por la dupla persona- deseo.
Comprendí, que en la mayor parte de nuestro tiempo vivimos demasiado de prisa y no alcanzamos a ver lo realmente importante. Así como en alguna oportunidad pude haber dicho que cada uno de nosotros es un ser único y ello es lo que nos lleva a personificarnos de manera muy distinta unos a otros, hoy estoy en condición de agregar que es esa diferencia la que nos lleva a elegir y más aún a priorizar cosas muy distintas.
Muchas veces puede resultar difícil poder determinar con precisión qué es lo que el otro desea o comprender por qué algo o alguien le resulta de tanta importancia. Así mismo, para cada uno de nosotros puede ser tarea sumamente complicada determinar cual es la importancia que le damos a cada cosa, si deberíamos darle mas o menos importancia a algo o alguien y enfrentarnos a dilemas tales como para qué dar tanta importancia si del otro lado no consigo nada…
Creo que se vuelve indispensable que para poder entender al otro primero uno pueda entenderse a sí mismo. Con esto quiero decir que quizás sea necesario que podamos priorizar qué es lo que nosotros realmente valoramos en nuestra vida y darnos cuenta de cuánto realmente valoramos aquello y a partir de ahí poder empezar a conocernos un poco más a fondo, y así de esta manera cuando nos enfrentemos a una persona no nos resulte tan extraño que a diferencia de nosotros le de más importancia a algo o alguien.
El vertiginoso cronos nos hace vivir en forma acelerada. Las cosas más pequeñas que ocurren alrededor de nuestra vida simplemente pasan sin que podamos dar cuenta de ellas… es necesario que no perdamos de vista los sucesos que nos devienen en el correr del tiempo ya que es en lo esencialmente insignificante donde encontramos lo verdaderamente gratificante.
Comprender lo simple de la vida, prestar mayor atención a la importancia de las cosas pequeñas… reflexionar y profundizar sobre experiencias tan extrañas como ver a una mujer sentada junto a su bolsa plástica, nos llevará a comprender en más de una ocasión lo verdaderamente importante para el otro y quizás nos permita dar cuenta qué es lo verdaderamente importante para nosotros.
Creo que este es uno de los post más extraños que haya podido redactar, quizás no pude transmitir exactamente el valor de los pensamientos que surgieron en mi en ese momento, espero no hayan sido mis palabras demasiado extrañas… y que de alguna manera se haya podido comprender que muchas veces reflexionar y observar con detenimiento al otro puede ayudarnos a comprender mejor sus necesidades y juzgar menos sus actitudes…

No hay comentarios:

Publicar un comentario