Cuando yo era chica, todas las nenas queríamos ser rubias. En esa época, el pelo dorado era la prueba irrefutable de la belleza, un certificado de sensualidad. Barbie era rubia. She-ra era rubia. Mary Ingalls, la Bella Durmiente, Cenicienta, la Pitufina. Salvo Blancanieves, todas las heroínas eran rubias.
Y no era una superstición exclusiva de las nenas, sino todo lo contrario. En las telenovelas, en los dibujitos, hasta en los libros de cuentos, sólo a las brujas y a las malas les tocaba el pelo oscuro. Hasta los chicos, susceptibles a ese encanto, compartían la misma preferencia: no había grado en el que los varones no suspiraran por alguna nena de rizos dorados, mientras que nosotras —fatalmente morochas de pelo arratonado— sufríamos en silencio por haber nacido del otro lado de la medianera.
Lejos de mi infancia siendo una nena comun de cabello cobrizo y bcules de medio pelo en las puntas se me ocurrio aclararme un poco el pelo, el unico que lo noto fue mi ex novio, quien dijo: estas rubia? que te hiciste en la cabeza?
Mi respuesta, entre enojada con el y conmigo fue un que te importa nene que haga o deje de hacer con mi pelo!.
Y es que necesito verme linda, cambiar....
Y es que nunca me corri del lugar de nena... y seamos sinceros! hay que admitir que algo de esta fantasía todavía nos queda. Nosotras lo habremos superado, pero por más Pocahontas y la Sirenita que hayan visto, hoy en día, casi todas las nenas de cinco años siguen prefiriendo a la Cenicienta (para los que no lo saben... era rubia).
Lejos de mi infancia siendo una nena comun de cabello cobrizo y bcules de medio pelo en las puntas se me ocurrio aclararme un poco el pelo, el unico que lo noto fue mi ex novio, quien dijo: estas rubia? que te hiciste en la cabeza?
Mi respuesta, entre enojada con el y conmigo fue un que te importa nene que haga o deje de hacer con mi pelo!.
Y es que necesito verme linda, cambiar....
Y es que nunca me corri del lugar de nena... y seamos sinceros! hay que admitir que algo de esta fantasía todavía nos queda. Nosotras lo habremos superado, pero por más Pocahontas y la Sirenita que hayan visto, hoy en día, casi todas las nenas de cinco años siguen prefiriendo a la Cenicienta (para los que no lo saben... era rubia).